El ejercicio: un antidepresivo natural. ¿Sabías que existen otras maneras de controlar e incluso erradicar la depresión? Los medicamentos no son la única solución, aquí te presentamos una alternativa más sana y mejor aún, económica.
El ejercicio: un antidepresivo natural
Aproximadamente más del 10% de la población adulta experimenta depresión en alguna etapa de su vida.
Tan solo en Estados Unidos cada año, las ventas de medicamentos y remedios antidepresivos superan los 10,000 millones de dólares. Una razón de esto pueden ser las agresivas campañas publicitarias que las compañías utilizan.
El ejercicio, ha demostrado ser una opción viable, aunque no del todo explotada, para el mantenimiento de la salud mental. Además, a diferencia de las terapias medicamentosas, el ejercicio tiene efectos beneficiosos adicionales, que incluyen un aumento en la salud cardiovascular, fuerza muscular, mejor humor, pérdida de peso, entre otros. El ejercicio también, es una terapia mucho más económica, que los medicamentos y tratamientos tradicionales.
Más aún, las investigaciones han demostrado que los beneficios antidepresivos del ejercicio se obtienen sin importar el tipo de ejercicio que el paciente realice: ejercicio aeróbico o ejercicio de fuerza con pesas. El tiempo de actividad física que ha demostrado ser efectivo para el tratamiento de las depresiones, es el mismo que generalmente se recomienda para mantener la salud en general: un mínimo de 30 minutos al día, de 5 a 6 veces por semana.
Estos resultados han sido publicados en muchos estudios, pero aun hoy mucha gente no sabe de estos beneficios del ejercicio y muchos profesionales de la salud no lo utilizan y recomiendan como deberían, para ayudar a sus pacientes con depresión.
De hecho existen reportes que uno de los tratamientos más efectivos para la depresión es precisamente la terapia combinada entre la parte médica y los programas de ejercicio.
Al empezar un programa de ejercicio con una persona que acude a nosotros como parte de un programa de tratamiento de la depresión debemos tomar en cuanta los siguientes factores:
- Escoger una actividad que el guste a la persona, además, un horario que se acomode a su ritmo de trabajo o a sus actividades diarias.
- Determinar el nivel de fitness y la condición cardiovascular de la persona antes del iniciar el programa y diseñar el programa más adecuado a su nivel.
- Darle un seguimiento muy cercano, siempre motivando a la persona y felicitándola por sus logros, aunque estos vayan siendo pequeños.
- Las actividades de fitness grupal (spinning, aerobics, baile) son un atractivo programa que facilitan la permanencia en el ejercicio y además, ayudan al paciente a distraerse y liberar el estrés.
- Recordar que el ejercicio debe ser para relajarse y motivarse, no debe convertirse en un motivo de estrés para el paciente.
- Mantener una actitud empática en todo momento y una comunicación abierta.
- Si no es posible ir a un gimnasio y seguir un programa integral de ejercicio, debemos recordar que existen muchas oportunidades de realizar actividades físicas: una caminata , bailar, subir y bajar escaleras, jardinería, en fin, lo importante es mantenerse motivados y activos, para así erradicar la depresión.
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