Vida y cuerpo sano sin tabaco. Si uno de tus propósitos del año pasado fue dejar de fumar y aún no lo cumples. Aquí te dejamos algunas razones para decirle adiós al humo.
Vida y cuerpo sano sin tabaco
El tabaco es una de las principales drogas aceptadas socialmente y por ende, su consumo no se asume como grave o peligroso tal como sucede con otro tipo de adicciones. Sin embargo, todos sabemos que el cigarrillo no es bueno para la salud.
En la actualidad, el consumo de tabaco es el principal problema de salud pública en los países desarrollados y comienza a serlo en los países en vías de desarrollo, no sólo por su magnitud, sino por las consecuencias sanitarias que conlleva, así como por los enormes costos económicos y sociales que genera.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el tabaquismo es responsable de más muertes en el mundo que el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH-Sida), el alcohol, la tuberculosis, los accidentes automovilísticos, los incendios, los suicidios y los homicidios considerados conjuntamente.
El futuro no se vislumbra mejor, se calcula que si los actuales patrones de consumo de tabaco se mantienen, en el año 2020 se producirán 10 millones de muertes por esta causa y 7 de cada 10 serán habitantes de los llamados países en vías de desarrollo.
Efectos del cigarro
El tabaquismo es un síndrome de daño multisistémico, lentamente progresivo, al tardar en ocasiones hasta 20 años para desarrollar una enfermedad. Los síntomas comunes son necesidad compulsiva de fumar, tos crónica, manchas en los dedos, arrugas en la piel y disminución en el rendimiento diario y en la vida sexual.
Afecta a quienes conviven con las personas fumadoras, al duplicárseles el riesgo de desarrollar cáncer de pulmón o infarto, en comparación con quienes no están expuestos; el tabaco tiene gran número de agentes carcinógenos. Este gran número de agentes químicos puede afectar diferentes órganos al ingerir o inhalar el humo, principalmente a nivel bronquiopulmonar, laríngeo, del esófago, bucal y del labio.
El humo de tabaco contiene más de cuatro mil sustancias dañinas a la salud, como los irritantes tóxicos entre ellos amoníaco (que es utilizado como limpiador de baños), acetona (poderoso solvente), formaldehído, monóxido de carbono, mentol, nicotina, tolueno y dióxido de nitrógeno.
Se considera que un fumador leve que consume cinco cigarros diarios, tiene 215 veces más contacto directo con sustancias cancerígenas y 20 mil veces más con tóxicos; en un fumador moderado, que consume entre seis y 15 cigarrillos por día, el contacto con cancerígenos aumenta 645 veces y 60 mil con tóxicos; mientras que en un fumador severo que inhala más de una cajetilla diaria, el riesgo se eleva a 80 mil veces más.
El tabaco y los niños
En los niños, la exposición pasiva al humo de tabaco es causa de bajo peso al nacer y de muerte súbita, además de que la inhalación constante incrementa 60 veces el riesgo de padecer enfermedades respiratorias como tos, estornudos, catarro y bronquitis.
En caso de ser asmático aumenta 80 veces la probabilidad de sufrir exacerbaciones. Aunado a ello, ciertos cambios neuroquímicos en el cerebro provocan “necesidad” de nicotina y, por consecuencia, del consumo de cigarro, de ahí que tengan más riesgo de desarrollar la adicción. Los síntomas respiratorios comunes en la niñez incluyen tos, producción de flema y silbido asmático.
El tabaco y las mujeres
Se sabe que las mujeres que fuman presentan menor número de recaídas, además su síndrome de abstinencia es más severo y de mayor duración al dejar de fumar.
Los cigarrillos “light” son preferidos por las fumadoras, asimismo, la ganancia de peso al dejar de fumar suele ser mayor en el sexo femenino, los aspectos sensoriales y sociales relacionados con el tabaquismo tienen un impacto mucho mayor sobre las mujeres en el mantenimiento de la adicción. Estas son algunas diferencias del tabaquismo entre géneros.
Acciones para prevenir
Los cigarrillos están hechos de manera tal que generan dependencia entre sus consumidores, el cigarrillo es la droga que con más asiduidad se consume. Nadie se droga cada 25 minutos, el fumador sí.
Lamentablemente, pese a los múltiples esfuerzos e iniciativas que durante años se han puesto en marcha, el consumo de tabaco sigue aumentando. Es posible que ello se deba, al menos en parte, a que las medidas y actuaciones dirigidas a combatir esta adicción no acaban de asumirse, ni por las administraciones públicas ni por muchos profesionales sanitarios, como una verdadera y urgente prioridad asistencial, médica y social.
Por lo tanto, resulta urgente encaminar diversas estrategias dirigidas a:
- Evitar que los adolescentes se inicien en el tabaquismo.
- Propiciar que los ex-fumadores se mantengan libres de humo de tabaco el resto de su vida.
- Informar y defender a través de la legislación los derechos de los no fumadores a respirar un aire libre de humo de tabaco.
- Proporcionar a los fumadores la ayuda y el tratamiento necesarios para abandonar el tabaquismo y rehabilitarse.
¿Por qué dejar de fumar?
El consumo de tabaco constituye la principal causa de enfermedad evitable y de mortalidad prevenible en los países desarrollados. En un 19% de los casos de mortalidad es el tabaco la causa de su prevención. En el tabaco se han encontrado múltiples sustancias que en gran parte son perjudiciales para la salud. Entre ellas, destacan por sus efectos nocivos:
- Los alquitranes (benzopirenos y nitrosaminas) responsables del 30% de todos los tipos de cáncer (vejiga, riñón, páncreas, estómago, etcétera) y del 90% del cáncer de pulmón.
- El monóxido de carbono, que es el causante de más del 15% de las enfermedades cardiovasculares.
- La nicotina, que produce la dependencia física.
- Además el tabaco es el causante del 80% de la mortalidad por procesos pulmonares crónicos.
Afecciones provocadas por el hábito de fumar
Embarazo:
- Exposición in-útero al cigarrillo afecta a la función pulmonar al nacimiento
- La exposición prenatal al tabaco provoca alteraciones evidenciables en el sistema respiratorio de los infantes prematuros.
- Muerte súbita fetal.
- El tabaquismo durante el embarazo provoca asma en los niños.
- Patología pediátrica y tabaquismo pasivo.
- El tabaquismo en el embarazo y los trastornos de la conducta en los hijos.
En el fumador mismo:
- Cáncer de vejiga urinaria y la pelvis renal.
- Adelanto de la menopausia y la osteoporosis.
- Cáncer de estómago, hígado, riñón, cuello del útero.
- La leucemia mieloide.
- Con el consumo de muy poco tabaco si pueden desarrollar un tumor, debido a la alteración de algún gen.
- El tabaco ejerce un efecto multiplicador de las enfermedades coronarias en las fumadoras que toman anticonceptivos.
- Cáncer de cavidad oral, faringe, laringe, esófago y páncreas.
- Sequedad cutánea, acelerando la aparición de arrugas prematuramente.
- El consumo de tabaco durante la gestación condicionará la vida de su futuro hijo.
- Caída del cabello: provoca que el cuerpo sea más sensible al lupus eritematoso que causa la caída del cabello y la aparición de úlceras bucales.
- Cataratas: el porcentaje de personas con cataratas es de un 40% superior en fumadores.
- Arrugas: el tabaco provoca el envejecimiento prematuro de la piel.
- Pérdida de oído: el tabaco provoca que se formen placas en las paredes de los vasos sanguíneos con la reducción de riego del oído interno.
- Cáncer de piel: el tabaco no causa melanoma, pero aumenta las posibilidades de morir de él.
- Deterioro de la dentadura:provoca un exceso de sarro, tiñe los dientes y acelera el deterioro de la dentadura.
- Enfisema: además de cáncer de pulmón el tabaco causa enfisema y reduce la capacidad pulmonar. En casos extremos se somete al paciente a una traqueotomía.
Las cifras
El consumo de cigarro por parte de las mujeres es aproximadamente de 33%, mientras que en los hombres es de 66%. Los adolescentes se encuentran entre los grupos de riesgo más vulnerables de convertirse en adictos al tabaco.
Estudios realizados entre fumadores arrojaron que: 70% de los fumadores comienzan a fumar antes de los 18 años de edad; del 10 a 15% antes de los 10 años, y sólo un 3% después de los 35. El fumador tiene en promedio 10 años menos de vida que quien no padece esta adicción.
El tabaquismo es incurable y sólo se puede controlar, si bien se puede disminuir la concentración de nicotina en el organismo con parches, chicles u otro método, lo más difícil es eliminar el hábito de tener un cigarro en la boca o dejar de asociarlo con las más de 50 actividades comunes que se han registrado en la vida de una persona.
Fuentes: Dirección General de Comunicación Social, SSA.
Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias.
Consejo Nacional contra las Adicciones.
Clínica contra el Tabaquismo.
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