Cada día resulta más imperante la necesidad de incidir de forma adecuada en el proceso de adquisición de hábitos y valores por medio del juego, la actividad física y el deporte; ya que constituyen los pilares fundamentales en la formación integral del individuo.
La UNESCO postula que el niño necesita durante sus años de crecimiento desarrollar equilibradamente las diversas capacidades físicas; morales y estéticas mediante el ejercicio físico y el deporte. En la edad escolar el niño incrementa su actividad física de forma significativa; desarrolla su motricidad y construye su corporeidad mediante el reconocimiento de la conciencia de si mismo; se acepta, descubre y aprecia su cuerpo y se expresa de diversas formas por medio del juego motor. De la misma forma aprende a convivir en ambientes caracterizados por la tolerancia, el respeto, el interés de manera inclusiva; afianzando sus valores partir dela motricidad tanto en la escuela como en los diferentes ámbitos de desarrollo del niño.
El desarrollar el área motriz en la etapa, contribuye al conocimiento del propio cuerpo; conocer algunas medidas de higiene, alimentación y salud física, ademas de las principales reglas de algunos juegos; normas de educación vial, y un sin fin de curiosidades y conceptos que benefician el desarrollo integral del niño (Marques y Cols 2003).
Si bien la escuela es la piedra angular donde se debe de fomentar la práctica de la actividad física de forma lúdica y bajo un proceso de enseñanza aprendizaje es muy importante mencionar que gran parte del desarrollo motor y las bases de la práctica deportiva se da en su mayoría en los talleres extra escolares así como en los centros deportivos en donde los profesionales dedicados al acondicionamiento físico y deporte tendrán un papel fundamental así como una gran responsabilidad durante este proceso.
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