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Conoce la Lisina y disfruta de sus beneficios ¡hoy mismo!

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Conoce la Lisina y disfruta de sus beneficios

La lisina (abreviada Lys o K) es un aminoácido, componente de las proteínas sintetizadas por los seres vivos.

Es uno de los 10 aminoácidos esenciales para los seres humanos, es decir que el cuerpo debe obtenerlo de su dieta, porque no puede fabricarlo por sí mismo.

En las plantas y en los microorganismos la lisina se sintetiza a partir de ácido aspártico. En los mamíferos, la lisina se metaboliza para obtener acetil-CoA (acetil coenzima A), necesaria en la obtención de energía a partir de los carbohidratos, o bien para obtener glucosa a partir de proteinas o grasas. La degradación de la lisina por bacterias da lugar a la cadaverina (sustancia que proporciona el olor característico de la descomposición de los cadáveres).

Existen dos rutas conocidas para la biosíntesis de este aminoácido:

La lisina es necesaria para la construcción de todas las proteínas del organismo. Desempeña un papel central en la absorción del calcio; en la construcción de masa muscular; en la recuperación de las intervenciones quirúrgicas o lesiones deportivas, y en la producción de hormonas, enzimas y anticuerpos.

Se sabe que la lisina estimula la producción de anticuerpos. Eso significa que como complemento alimenticio es útil en las personas inmunodeprimidas. Se ha sugerido que la lisina puede ser benéfica para aquellas personas que presentan infecciones con herpes simple.

La lisina, ingerida con L-carnitina, ayuda a que la carnitina disminuya notablemente los niveles de colesterol en la sangre.

Según algunos estudios, la lisina compite con la arginina para ser transportada dentro de las células y puede limitar la accesibilidad de la arginina en las células infectadas por el virus del herpes, con lo que se retrasa el metabolismo celular, y en consecuencia, la replicación (duplicación) del virus. La lisina, pues, «mata de hambre» al virus responsable del herpes y ayuda a prevenir o atenuar su aparición.

La lisina ayuda a sintetizar, junto con la metionina, a la carnitina, un importante transportador de las grasas en el organismo.

Existen compuestos conjugados de lisina que resultan prometedores para el tratamiento del cáncer, pues al parecer provocan que las células cancerosas se autodestruyan cuando el fármaco se utiliza en combinación con el uso de fototerapia, sin dañar a las células no cancerosas.

La lisina estimula la liberación de la hormona del crecimiento. Esto ha hecho que se utilice, sola o combinada con otros aminoácidos (especialmente arginina y ornitina), en niños para estimular el crecimiento y en ancianos para retrasar el envejecimiento. La lisina junto a la vitamina C, ayuda a producir colágeno y con ello a la absorción del calcio.

Según los Dres. Mathias Rath y Linus Pauling  (junto a la vitamina C) puede ayudar a prevenir o evitar la formación de placas de ateroma, responsables de muchos problemas cardiovasculares como la ateroesclerosis. Se ha dicho que la lisina se enlaza con la lipoproteína de las placas de ateroma, para su posterior eliminación, con lo que se mejora el flujo de sangre en las arterias. La evidencia sugiere también, que la complementación con lisina puede mejorar los síntomas de la angina de pecho en algunos individuos.

La lisina ayuda a prevenir los cálculos renales (al prevenir la eliminación renal de calcio en la orina). La caída del cabello puede ocurrir, en algunos casos, como resultado de una deficiencia de lisina. También minimiza el daño que la hiperglucemia causa en los ojos, especialmente en pacientes diabéticos.

Los requerimientos nutricionales de lisina son de 1.5 g al día. Se encuentra en cantidades mínimas en todos los cereales, pero es muy abundante en las legumbres.

Contienen cantidades significativas de lisina:

Son buenas fuentes de lisina aquellos alimentos ricos en proteína: carnes (específicamente las carnes rojas, la de puerco y la de ave), queso (en particular el parmesano), algunos pescados (bacalao y sardinas) y, huevos.

Es importante tomar el aminoácido Lisina como complemento, treinta minutos antes o dos horas después de las comidas para que sea más eficaz.


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