¿Cómo beneficia el ejercicio a la salud digestiva?
Generalidades.
Es reconocido el hecho de que la actividad física es benéfica para la salud, se ha demostrado que es un factor de prevención importante en al menos 35 patologías de diferentes sistemas.
La Organización Mundial de la Salud estableció el 6 de abril como Día Mundial de la Actividad Física y potenció la iniciativa “Move for Health” que se celebra en el mes de mayo.
La OMS recomienda que se dediquen como mínimo 150 minutos por semana a la práctica de actividad física aeróbica, de intensidad moderada, 74 minutos de actividad física aeróbica vigorosa cada semana, o una combinación equivalente de actividades moderadas y vigorosas.
La actividad física debe realizarse en sesiones de mínimo 10 minutos de duración.
El ejercicio altera positivamente la composición de nuestra microbiota.
Hay investigaciones que muestran la relación entre el ejercicio y la composición bacteriana del intestino.
La evidencia de estas resalta que la composición bacteriana del sistema digestivo cambia dependiendo de si se hace ejercicio o no, siendo influenciada también por el tipo actividades diarias realizadas.
Existen muchos ejercicios que ayudan a mejorar la salud digestiva ya que estos estimulan el metabolismo, por lo tanto, aceleran los procesos del sistema digestivo lo cual evita sensaciones de pesadez tras la ingesta de alimentos y evita el estreñimiento ya que igualmente favorecen la movilidad intestinal; algunos de ellos son:
Caminar: es un ejercicio básico y aeróbico, produce cambios benéficos en el organismo por medio de la activación de la actividad cardiaca y pulmonar por un determinado intervalo de tiempo, se recomienda caminar por lo menos durante 30 minutos.
Otros ejercicios aeróbicos como correr, hacer bicicleta y escaladora pueden ayudar a mejorar los malestares digestivos-menores al reducir el estrés y los malestares digestivos que se pueden asociar a este.
Otras actividades.
Ocupaciones diarias como: jardinería, barrer, trapear o ejercicios y deportes programados en nuestras actividades diarias que impliquen un esfuerzo mayor. También recomiendan actividades de fortalecimiento de músculos 2 o más veces por semana.
Una actividad física a largo plazo puede mantener un estado metabólico normal en el intestino por medio de la disminución de la resistencia a la insulina.
Hidratación.
Mantenerse bien hidratado antes, durante y después del ejercicio es necesario. El agua simple es la mejor bebida para cumplir con este objetivo, mantenerse bien hidratado. El consumo de lácteos fermentados como el yogurt con bifidobacterias contribuye a tener una mejor salud digestiva y mayor facilidad de evacuación.