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Cómo prevenir las várices

Cómo prevenir las várices. Las várices son un fenómeno casual que afectan las venas de las piernas. Por diversos factores, las venas se ensanchan, dilatan y se vuelven tortuosas, lo cual provoca problemas de circulación sanguínea que pueden ser muy perjudiciales para la salud. Más allá de la estética, es un problema de salud que puedes evitar.


Cómo prevenir las várices

Las várices, como muchas otras enfermedades, no están ligadas a un fenómeno casual una fatalidad del destino. Sino que es todo lo contrario. La aparición de várices es el resultado de una serie de factores causales, algunos controlables, como la obesidad, y otros no tanto, como lo es el factor hereditario.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) las várices se definen como venas superficiales cilíndricas o saculares dilatadas anormalmente; superficiales, pues no existen las várices internas como muchas personas creen.

La presencia de venas varicosas es más frecuente en las mujeres que en los hombres. Diversos estudios señalan que por cada seis mujeres que presenten várices sólo un hombre presenta la enfermedad.

¿Por qué se producen?

Para entender su causa es importante saber cómo funciona nuestra circulación. Nuestro corazón es un músculo fuerte que bombea sangre oxigenada a todo nuestro cuerpo, una vez alcanzado su destino, la sangre regresa por las venas hacia el corazón para un nuevo ciclo.

Debido a que las venas no tienen el mismo tipo de músculo que el corazón para mover la sangre rápidamente, constan de cientos de válvulas que se abren para permitir el flujo de sangre de vuelta al corazón y las válvulas se cierran cuando la gravedad trata de regresar la sangre hacia nuestras piernas.

La mayoría de nuestras várices aparecen en nuestras piernas, ya que es ahí donde la gravedad ejerce mayor presión sobre las válvulas y es donde más fácil se pueden dañar, lo que permite el retorno venoso y que aparezcan unas finas líneas rojas o azuladas llamadas “várices”.

A todo ello, se le suman cinco factores haciendo que el crecimiento de las várices no se detenga:

  1. Estrógenos (hormonas femeninas).
  2. Sobrepeso.
  3. Bidepestación prolongada (estar de pie o sentado más de seis horas).
  4. Embarazos.
  5. Herencia a la formación de várices.

Como se puede observar, el problema es complejo, pues sólo se pueden controlar algunos de los factores, pero otros se salen de nuestras manos como la herencia y los estrógenos propios de la mujer.

¿Qué molestias ocasionan las várices?

Al inicio de la enfermedad su efecto más importante es su aspecto estético. Sin embargo, los síntomas que aquejan a la mayoría son:

  • Pesadez de piernas.
  • Cansancio.
  • Calambres.
  • Hormigueos.
  • Comezón y fuertes dolores.
  • Sensación de calor o quemazón.
  • Hinchazón de tobillos y pies.

Todas estas molestias se acentúan al final de la tarde, luego de realizar actividad física habitual o con la posición de pie/sentado sostenida. Existen diversas clases y formas de varices, que van desde pequeños “derrames” o “arañitas” hasta grandes troncos varicosos. Su extensión puede variar desde algunos milímetros hasta recorrer largos trayectos, sin dejar a un lado sus múltiples colores, que van desde pequeñas líneas rojas hasta azulado violáceo.

El tratamiento a seguir

Las várices deben recibir tratamiento para evitar las complicaciones a corto y largo plazo, no tanto para quitar las molestias que se le atribuyen a éstas, ya que la mayoría de la gente refiere dolor en las venas, lo cual no es tan importante como las complicaciones, entre ellas encontramos:

  • Varicorragia: sangrado de una várice.
  • Varicotrombosis: coágulos de sangre en el interior de una várice.
  • Úlcera varicosa: herida presente en los tobillos que generalmente está precedida de una mancha color vino tinto formada por estancamiento de sangre.

Cabe mencionar que no existen cremas mágicas que desaparezcan las várices.

El tratamiento ideal tiene que ver con tres métodos principalmente:

  1. Medicamentos vía oral: favorecen el retorno venoso y disminuyen la sensación de cansancio, pero no desaparecen las várices.
  2. Escleroterapia farmacológica: consiste en inyectar las várices con medicamentos especiales, mismos que deben ser administrados por un angiólogo, ya que si no se hace de la forma correcta puede originar severas complicaciones. Si presentas este padecimiento, platica primero con tu médico para que te explique los pros y contras de este tratamiento. En lo particular, no lo aplico a todas las personas, ya que sólo es estético, por lo tanto valoro mucho la grasa corporal para llevar a cabo el procedimiento.
  3. Cirugía: da muy buenos resultados cuando está bien indicada, no todas las várices se operan, por lo tanto hay que ser muy honesto en este tema y no realizar una cirugía sólo porque sí, ya que esta cirugía en especial tiene tan mala reputación. La recuperación después de una cirugía es rápida. En el hospital sólo se requieren de 12 horas después de la cirugía y en tres semanas el paciente se reincorpora a sus actividades cotidianas.

Para prevenir alteraciones en las venas

  • Lo primordial es hacer ejercicio aeróbico, el cual no evitará que salgan várices, pero controlará un factor importante, el sobrepeso.
  • Elevar los pies de la cama 10–20 cm. Una almohada no funciona, pues dormidos, nos movemos y perdemos la función de elevar las piernas.
  • Uso de medias elásticas, ya que estas mejoran el retorno venoso, pero esta opción se debe valorar antes.
  • Ejercicios para pantorrillas (favorecen el retorno venoso).
  • Hidratación continúa.
  • Masaje en las piernas de las plantas de los pies hacia arriba. No hay que arriesgar la salud. Para conocer el estado de nuestro sistema cardiovascular debemos asesorarnos por un especialista en angiología y cirugía vascular. Quizá se gaste un poco, pero más vale prevenir que lamentar.

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septiembre 17, 2021
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